miércoles, 26 de septiembre de 2012

Elecciones en Catalunya. 25-N

La multitudinaria marcha del 11 de septiembre y la negativa de Rajoy de hablar de un nuevo pacto fiscal, no le dejan otra opción al Presidente Mas que llamar a elecciones para el 25 de noviembre. La rapidez de los hechos está poniendo nervioso a más de un político que percibe con mucha incertidumbre el futuro y con pavor al imaginar los posibles rumbos en que Catalunya puede encaminarse. 
Es de esperar que en estos días se polaricen las opciones políticas, ya que la nueva legislatura se debatirá en independencia o no. Para ello, necesitará que la opción soberanista logre 68 escaños de 135, siendo en la actualidad 58 según un estudio realizado por una universidad. Para llegar a esa mayoría se vislumbran dos caminos, que la mayoría de los diputados del partido socialista se definan en una opción nacionacionalista generando un quiebre con el PSOE o que la población se acerque a las urnas y manifieste su voluntad soberanista en una mayoría absoluta, haciendo que los políticos no tengan opción que seguir a la población.
Lo meritorio de esta situación es el impulso que la sociedad civil le dio a esta demanda, creo que son más organizados que los políticos. Están planteando la demanda de independencia porque sus derechos históricos viene siendo vituperados y los recursos económicos expoliados por un estado poco equitativo. En este momento los políticos o el presidente Mas están buscando claramente el apoyo de la población, es decir,  que demuestre su voluntad por los canales que la democracia permite y exige.
Cuando se sepa como quedará conformado el congreso después de las elecciones del 25-N se puede pensar en dos pasos, la proclamación de la secesión por parte del Parlament Catalá o una consulta soberanista directa. Tendría sentido la primera opción si el resultado de las próximas elecciones fuera abrumadoramente soberanista y la segunda si la respuesta de la población  fuera escasa.

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