La consulta
se estructura sobre la base de dos preguntas: ¿Quiere que Catalunya sea un
Estado? ¿Quiere que este Estado sea independiente?
Hace unas
semanas, el CEO (Centro de Estudios de Opinión)
organismo autónomo administrativo del Gobierno Catalán realizó un
sondeo, correspondiente al primer trimestre de 2014, que debido a su autonomía y prestigio nadie
cuestionó. El cual arrojó las cifras que consignamos a continuación.
Ante la
primera pregunta, el 57,6% se inclinaría por el SÍ, y de este porcentaje el
81,8 % reafirmaría su voluntad afirmativa ante la segunda pregunta, de modo que
el total de votos por el SI-SI sería del 47,1%. El SI-NO representaría sólo un
8,6% del total.
El 42,4 %
restante se dividiría así: 19,3% votaría directamente NO; el 10,9% se
abstendría; habría un 0,7 por ciento de votos en blanco; un 0,1 de sufragios
nulos; y un 0,2 % no sabría qué votar.
Según el sondeo, el 1,8 % no contesta y los indecisos ascienden al 9,4 %.
Asimismo, la
medición pone de relieve que sólo el
22,5% se proclama independentista de toda la vida, en tanto que el 25% ha asumido esa posición en los últimos años.
Si se considera
la muestra del CEO en el marco de la relación votante-partido, el dato indica
que de los afiliados-simpatizantes del
Partido Popular (PP) el 98,5% no se siente independentista.
En el caso de
Convergencia i Unió (CiU), el 33,1% se
considera a sí mismo como partidario de la independencia desde toda la vida,
mientras que un 39,6 % lo es sólo desde los últimos años, quedando (siempre
dentro de CiU) un 23% que aún no se siente independentista.
Sigue
indicando la encuesta aquí analizada que de los votantes de Ezquerra Republicana
de Catalunya (ERC), el 51,3% afirma que el independentismo los identifica desde
toda la vida, en tanto que el 41,4% ha asumido esa identidad en estos últimos años.
En el Partido
de los Socialistas de Catalunya (PSC), el 83,3% no se siente independentista y
sólo el 11,3% se ha convertido en los últimos años, mientras que apenas el 3% se considera soberanista de toda
la vida. Y si pasamos a Ciutadans observamos que un 99% de sus votantes se
confiesan contrario a la independencia.
Jordi
Argelaguert, director del CEO, enfatizó que de realizarse consulta el doble SÍ
superaría la barrera del 50%, ya que no habría que sumar ni a los
abstencionistas ni a una parte de los que hoy no saben si votarían. "Sólo
con que sacásemos a los que son abstencionistas, los porcentajes de SÍ y de NO
ya oscilan lógicamente al alza", ha señalado; y vaticinó que el apoyo a la
independencia rondaría el 55-56%, en la línea de datos anteriores del CEO y de
otros organismos.
Si tenemos en
cuenta estos posibles resultados comprendemos la negativa sistemática de Madrid
para realizar la consulta.
Empero, es
mucho lo que se juega aquí y lo que se
juega no atañe sólo a Catalunya o a España. Es la humanidad toda la que debería
comenzar a cultivar una cultura de la convivencia y la democracia. La
independencia impuesta por la fuerza y la violencia no es genuina. La
resolución de conflictos de este tipo de manera ordenada y democrática, mucho
más cuando se trata, como en el caso de Catalunya, de un país histórico, sería
un logro de resonancia ecuménica y un ejemplo de lo que deben ser las prácticas
de los Estados miembros de la comunidad internacional cuando de sus relaciones
recíprocas se trata.
El próximo 9
de noviembre, en Catalunya, el diálogo y la razón deberán tener su oportunidad en
línea con la natural aspiración a la paz y la seguridad internacionales, tal
como lo preceptúan la letra y el espíritu de la Carta de las Naciones
Unidas.