viernes, 16 de mayo de 2014

Catalunya en el ojo del mundo

Faltan seis meses para que el pueblo de Catalunya concurra a las urnas, convocado por el gobierno local, para responder a dos preguntas que dan contenido al próximo referéndum del 9 de noviembre de 2014 y que están directamente vinculadas al futuro estatus jurídico-político de la nación catalana.

La consulta se estructura sobre la base de dos preguntas: ¿Quiere que Catalunya sea un Estado? ¿Quiere que este Estado sea independiente?

Hace unas semanas, el CEO (Centro de Estudios de Opinión)  organismo autónomo administrativo del Gobierno Catalán realizó un sondeo, correspondiente al primer trimestre de 2014,  que debido a su autonomía y prestigio nadie cuestionó. El cual arrojó las cifras que consignamos a continuación.

Ante la primera pregunta, el 57,6% se inclinaría por el SÍ, y de este porcentaje el 81,8 % reafirmaría su voluntad afirmativa ante la segunda pregunta, de modo que el total de votos por el SI-SI sería del 47,1%. El SI-NO representaría sólo un 8,6% del total.

El 42,4 % restante se dividiría así: 19,3% votaría directamente NO; el 10,9% se abstendría; habría un 0,7 por ciento de votos en blanco; un 0,1 de sufragios nulos; y un 0,2 %  no sabría qué votar. Según el sondeo, el 1,8 % no contesta y los indecisos ascienden al 9,4 %.

Asimismo, la medición pone de relieve que  sólo el 22,5% se proclama independentista de toda la vida, en tanto que el 25%  ha asumido esa posición en los últimos años.

Si se considera la muestra del CEO en el marco de la relación votante-partido, el dato indica que de  los afiliados-simpatizantes del Partido Popular (PP) el 98,5%  no se siente independentista.

En el caso de Convergencia i Unió (CiU), el 33,1%  se considera a sí mismo como partidario de la independencia desde toda la vida, mientras que un 39,6 % lo es sólo desde los últimos años, quedando (siempre dentro de CiU) un 23% que aún no se siente independentista.

Sigue indicando la encuesta aquí analizada que de los votantes de Ezquerra Republicana de Catalunya (ERC), el 51,3% afirma que el independentismo los identifica desde toda la vida, en tanto que el 41,4% ha asumido esa identidad  en estos últimos años.

En el Partido de los Socialistas de Catalunya (PSC), el 83,3% no se siente independentista y sólo el 11,3% se ha convertido en los últimos años, mientras que  apenas el 3% se considera soberanista de toda la vida. Y si pasamos a Ciutadans observamos que un 99% de sus votantes se confiesan contrario a la independencia.

Jordi Argelaguert, director del CEO, enfatizó que de realizarse consulta el doble SÍ superaría la barrera del 50%, ya que no habría que sumar ni a los abstencionistas ni a una parte de los que hoy no saben si votarían. "Sólo con que sacásemos a los que son abstencionistas, los porcentajes de SÍ y de NO ya oscilan lógicamente al alza", ha señalado; y vaticinó que el apoyo a la independencia rondaría el 55-56%, en la línea de datos anteriores del CEO y de otros organismos.

Si tenemos en cuenta estos posibles resultados comprendemos la negativa sistemática de Madrid para realizar la consulta.

Empero, es mucho lo que se juega aquí y  lo que se juega no atañe sólo a Catalunya o a España. Es la humanidad toda la que debería comenzar a cultivar una cultura de la convivencia y la democracia. La independencia impuesta por la fuerza y la violencia no es genuina. La resolución de conflictos de este tipo de manera ordenada y democrática, mucho más cuando se trata, como en el caso de Catalunya, de un país histórico, sería un logro de resonancia ecuménica y un ejemplo de lo que deben ser las prácticas de los Estados miembros de la comunidad internacional cuando de sus relaciones recíprocas se trata.

El próximo 9 de noviembre, en Catalunya, el diálogo y la razón deberán tener su oportunidad en línea con la natural aspiración a la paz y la seguridad internacionales, tal como lo preceptúan la letra y el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas.