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Dos Sedes para un sólo Gobierno formula riesgosa
No es fácil entender desde este lado del Atlántico lo que pasa hoy en
Catalunya, se percibe como extraño y como que Madrid frenó todo y el
independentismo se acabó.
Por eso es interesante poder tomar un poco de distancia de los hechos
inminentes para poder reflexionar en distintos niveles de análisis la situación
actual política catalana.
El Gobierno central de Madrid, impuso el artículo 155 que le otorga
ciertas atribuciones pero no tantas como las que se tomó. Tanto fue así que convocaron a elecciones
suponiendo que ganaban con seguridad, e Iñigo Méndez de Vigo -portavoz y ministro de Educación- dijo: "Veríamos bien que Puigdemont se
presente a las elecciones". Fue lo que ocurrió. Puigdemont no sólo se
presentó sino que el independentismo que él representaba y representa ganó con
claridad. Pero enseguida apareció el nuevo obstáculo. El Estado español asumió
una posición que puede resumirse como sigue: Puigdemont no puede ser presidente
porque ha violado la ley y vive en el extranjero y si quiere jurar como
presidente deberá presentarse a la justicia de su país para, de ese modo, estar
ahora en condiciones de ... ser encarcelado, con lo cual tampoco podrá jurar
como presidente.
¿Los independentistas? Una de
las fortalezas del independentismo es su transversalidad ideológica y cultural,
con el valor agregado de que ello no impide pensar en un proyecto estratégico
común como es la independencia. Algo parecido
pasó en las elecciones del 2015, cuando, en vez de Artur Mas asumió el ahora
candidato de JuntsxCat (Junts per Catalunya).
En otro nivel de análisis los independentistas se dieron de narices
con la pared del Estado al que tal vez supusieron menos violento y más
inclinado al diálogo. Un error de cálculo en todo caso. Y a ello se suma que,
de Europa, el independentismo catalán, por ahora, no puede esperar nada.
Hoy, los independentistas están buscando estrategias para poder
cumplir con lo propuesto en las elecciones del 21-D (“Puigdemont Presidente”),
evitando más encarcelamientos al calor de ese instrumento represivo en que ha
devenido el artículo 155 de la Constitución del Estado español.
Una de las propuestas que circulan a estas horas es que haya un
gobierno en el exilio, el “Govern de la Republica”, y un gobierno en Catalunya que restituya el
poder a los catalanes. Se trata de una fórmula riesgosa, ya que no hay que
descartar que Madrid no cumpla su palabra y no restituya todos los poderes a un
gobierno autónomo. De suceder esto podríamos pensar que, Puigdemont President de la República en el
Exilio y Elsa Artadi o Jordi Turull como President Autonómic, que respondería a
Bruselas.
Después del 21-D podemos decir que el planteo independentista sigue su
camino, que logró formar mayoría en diputados y prontamente formará gobierno, y
que no abandonó bajo ninguna circunstancia el camino pacifista.
Por otro lado, se supone que en
Marzo habrá otra ofensiva judicial con
más encausados y que mas líderes del independentismo irán a prisión y quedarán
inhabilitados; con ello afirmo que el Gobierno de Madrid, claramente renuncia a
hacer política, que no le teme a quedar mal en el exterior y que su única
estrategia es el uso de la legalidad, excepto, claro está, cuando en el juzgado
testifican sobre la corrupción del gobernante Partido Popular, de Mariano
Rajoy, como viene testificando Correa en los tribunales de Valencia.
Josep Puig Bóo
President Montepio de Montserrat.