domingo, 9 de agosto de 2009

Nombres, nombrar y lo mismo... la identidad

Gramsci desarrolla el concepto de interregno es el tiempo que trascurre entre lo que va a venir y el pasado que ya se fue al pensar en los cambios sociales. Este concepto lo podemos pensar desde el "ya pero todavía no" de la teología al hablar del Reino, o por que no, desde los estados limitrofes de la psicología, ya que las estructuras firmes de la psiquis no son tan frecuentes.
Lo que tienen en común estos conceptos es la referencia a un tiempo de incertidumbre, un tiempo de larga espera de algo nuevo que, no se sabe si vendrá ni como será. Este tiempo no puede ser mas que un tiempo líquido, ya que es difícil de atrapar (se escapa entre nuestros dedos). Por ejemplo, pensémonos en medio del mar, en un barco que está quieto sufriendo los avatares del viento y del agua. Nosotros, pasajeros del mismo, no nos queda otra cosa que aceptar la realidad de algo no buscado (sólo queríamos llegar a la otra orilla); nos sentirnos mareados, nuestro estógamo se revuelve a cada instante provocándonos náuseas y malestar. Lo único que soñamos en ese instante es ir a un lugar seguro... a tierra firme, a tierra firme... aunque sea tierra de infieles donde nos apresarán; querremos eso, porque así estararemos vivos, y apartados de la insoportable incetidumbre de la inestabilidad.
Este interregno, donde florecen las patologías intermedias, donde muchas ideas o conceptos no nos brindaron las felicidad que nos habian prometido nos hace pensar en el pasado "idealizado" (todo pasado fue mejor).
No es de extrañar que frente a tanto líquido en constante movimiento se quiera volver a la seguridad, a lo constante, a lo permante, a lo estable. Ninguna psiquis soporta, sin un gran desgaste, el vaivén de la inestabilidad.
Los deseos de felicidad que como sociedad habíamos depositado en los conceptos de estado-nación, de nación católica, de democracia o de justicia.... hasta ahora no se cumplieron y el tiempo de espera ha sido suficiente. Cada día se sienten con más fuerza que estos desengaños que siguen dándole agua al mar y aumentando así nuestras náuseas.
Frente a esto se observa como muchos de nuestros congéneres buscan encerrarse en nuevas idealizaciones que los protejan... como barrios cerrados, grupos selectos, religiones excéntrictas o estrictas. Se buscan concepciones ideológicas que diferencien para poder decir entonces: quienes somos y para poder ser salvados de los otros, del anonimato, de la nada y poder soñar así controlamos el mar. Porque este interregno, en este cambio epocal, lo que nos plantea o a lo que nos enfrenta es a una nueva identidad, a una nueva manera de ser "seres humanos" y ésa es la pregunta profunda que no hemos podido responder hasta ahora... por ello nos deviene la naúsea.