Luego de las elecciones del 25 de
mayo, Catalunya llevará nueve diputados
al Parlamento Europeo, dos de ellos de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya),
dos de CiU (Convergència i unió), dos de Ciutadans y otros tres que se reparten
PPC (Partit Popular de Catalalunya), PSC (Partit dels Socialistes de Catalunya)
e ICV-EUiA (Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa).
Los nuevos eurodiputados
catalanes serán Josep Maria Terricabras y Ernest Maragall, por la coalición
Ezquerra Republicana-Nova Esquerra Catalana (ERC-NECat); Ramón Tremosa y
Francesc Gambús (CiU); Javi López (PSC); Santi Fisas (PPC); Ernest Urtasun
(ICV-EUiA) y Javier Nart y Juan Carlos Girauta (Ciutadans).
El día siguiente al comicio, la Comisión Europea
(CE) aseguró que la
Unión Europea (UE) "escucha" los resultados
electorales de Catalunya: "La Unión Europea escucha mucho y la UE son todos los Estados
miembros, así como las instituciones europeas", señaló Pia Ahrekilde,
portavoz de la UE ;
al ser preguntada en la rueda de prensa
sobre los resultados electorales en Catalunya.
Los independentistas de ERC han
ganado las europeas en Cataluya con el 23,67% de los votos, y es la primera vez
que la formación vence desde el regreso
de la democracia, relegando a CiU al segundo puesto con el 21,86% y al PSC al
tercer lugar con el 14,28%.
El proceso soberanista también
sale reforzado de estas elecciones y los tres partidos que apoyan la consulta,
ERC, CiU e ICV-EUiA, logran un 55% de los votos. Es de destacar que el Partido
Socialista Catalán baja a tercera fuerza -perdiendo un 21% de los votos- y ahondando su
crisis cada día más ya que su actual presidente, Pere Navarro, no da un paso al
costado para favorecer a eventuales nuevas camadas de dirigentes, como sí lo
hizo Rubalcaba a nivel del Estado.
Debemos remarcar entonces que los
votos favorables a la consulta o dret a
decidir ascienden a un poco más del
60% de los que han votado en las europeas, frente a un 16% que es contrario y
un 14% que vota a una opción que, en este tema, es ambigua.
Debido a estos resultados se entiende por qué la Unión Europea está “escuchando”
atentamente lo que pasa en Catalunya, como lo afirmó su portavoz Pia Ahrekilde. Y lo que pasa es que el clamor
para votar por el “derecho a decidir”
-en el referéndum del próximo 9 de noviembre- nace de un profundo espíritu democrático y,
según todo lo indica, una histórica nación
europea está dispuesta a ejercer
sus derechos.
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